viernes, 29 de mayo de 2009
Sebastian Kneipp, el médico del agua
Kneipp nació en el año 1821 en Alemania y desde muy temprano sufría diversas enfermedades que los médicos terminaron por dejar por incurables. A pesar de ello entró en la Universidad, llegando a ser un excelente estudiante.
A los 21 años ya había perdido toda esperanza y esperaba pronto su fin, cuando un día por puro azar le fue entregado un catálogo en la biblioteca al no saber qué libro empezar a leer, y mientras lo observaba con distracción dio con unos escritos de Segismundo Hahn (1754) que llamaron su atención. Buscó el volúmen correspondiente entre los libros de aquella biblioteca y después de estudiarlo llegó a la conclusión de que el agua podía curar enfermedades.
No dudó ni un instante en sumergirse en las aguas heladas del Danubio y repetir la operación varias veces por semana.
Al poco tiempo Sebastian Kneipp sanó y se recuperó por completo, lo que sorprendió a todo el mundo, sobre todo a los médicos.
Después de esto continuó con sus estudios y a lo largo de su vida curó a cientos de personas nada más que con el uso del agua como elemento terapéutico.
Kneipp llegó a vivir 50 años más de lo que sus médicos le daban de vida y actualmente es considerado el precursor de la hidroterapia.
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2 comentarios:
Me ha gustado mucho esta historia. Asusta a veces pensar las capacidades de determinadas sustancias sobre nuestro cuerpo, así como las del propio ser humano.
Hay personas que han tratado igualmente enfermedades simplemente mediante el dominio de su cuerpo. Tengo un recuerdo no excesivamente nítido de alguna experiencia a ese respecto que me impresionó cuando la leí.
El caso es que creo que tenemos mucho más potencial del que creemos para superar según qué problemas. Sin embargo, al mismo tiempo somos realmente débiles.
No me desvío :) Me gusta mucho leer tu blog; suelen ser entradas en forma de curiosidades, y se hace muy ameno. Una pena que no publiques más.
¡Gracias! :D
Sí, son datos que sorprenden al conocer la historia, aunque a mí lo que más me gusta de ésta en concreto es la capacidad de superación del ser humano. Cuando lo había dado todo por perdido Kneipp saca fuerzas de quién sabe dónde y se acoge a su última esperanza fervientemente, pues creía en ello y en él por encima de lo que los médicos pronosticaban, y realmente llevaba razón.
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